viernes, febrero 12, 2010

Le di la mano y se fue hasta el codo

Resolví que colgaría en la nube cibertnética lo sucedido con una persona muy "especial" solo cuando se me enfriara la cabeza, tampoco pretendo decir cosas por emoción, las que muy pronto terminaría lamentando.

Así comienzo la narración más dolorosa que me ha tocado escribir porque lo hago con el corazón roto en pedazos... Una vez más, caí en las trampas de mi imaginación en donde todos los seres humanos son buenos, desinteresados y honestos. Creí en una mujer que ante los ojos de la convivencia, con el tiempo, demostró ser una pálida rata interesada. La poca sangre en su cara no la dejó valorar la amistad que un día le ofrecí a cambio de nada.
Con su aparente objetividad y superficial madurez me sedujo para creer que sería la hermana que nunca tuve. Me timó, me tomó por cojuda. Ví en ella a una amiga y le abrí mi corazón, pero ciega yo, no vi la realidad de esa serpiente, reptil venenosa que infecta donde muerde.
A punta de lástima manipuló mi cartera, la envidia que la corroía no la dejó en paz y mordió la mano que le dio de comer. Infinitas veces me pregunté ¿Qué se me hizo la plata? más de mil soles no se desaparece así nomás, sobre todo cuando casi no sales y tu renta no supera ni el 15 % del sueldo. Claro, ese era mi caso pero el de ella era totalmente distinto. Sus habilidades nunca la llevaron a percibir lo que yo, porque le faltaba demostrar lo que decía, porque le faltaba humildad, porque le faltaba honestiad. Y no dudó en meterse con un jefe (Dios sabe por qué lo hizo) constantes discusiones avivadas por su biperina lengua desprestigiaron su reputación y, por ende, la mía... Dime con quien andas y te diré quien eres.
Con cuentos de pagar después me adormeció y de mis tarjetas empezó a suplir sus necesidades, deseos y vanidades; no olvido que se atribuyó que YO tendría que sostener a su hijo, niño al cual quiero mucho y lamento tanto que tenga los padres que tiene.
Entonces, a fines de mes no tenía que comer porque la señora drenó mi cuenta de ahorros, se tiró la plata del pago de las tarjetas y me las reventó.
Ahora, estoy arrastrando meses de deuda que no ha sido cancelada por la poca palabra de la "honorable" mujer esa.
Felizmente. Afortunadamente, tengo las mismas habilidades y aun más conocimientos que he adquirido para salir del hoyo donde me sumió la Doña. Tengo el alma transparente  y la consciencia limpia para que en menos de tres meses mi economía se levante y sobreabunde. Y con desdén lo digo, por más que ella intente vivir libre y con opulencia, no lo logrará hasta que se deshaga de esos demonios tan patéticos que la evidencian ante los demás como un deplorable bicho que se arrastra sigilosamente hasta encontrar talones de semidioses para morderlos y derrotarlos.
El caso conmigo, querida rata, es que yo no soy ningún semidios y mi calzado es recubierto. En mí solo rompiste mi corazón mas no mi vida y mataste mi cartera, pero no mi economía.
Ojalá te salgan mas dedos en la mano para que puedas llevar la cuenta de a cuánto has descepcionado.
Esto se resume como el adiós y el final de una "amistad". Guárdate el dinero y que te aproveche.

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