miércoles, marzo 03, 2010

No esperaba decirte adios tan pronto, no pensé que el diagnóstico inesperado fuera cierto. De un momento a otro tus ojos transcribieron lo que el cancer silenciosamente había destruído.
Cuanto lamento no haber estado contigo, no haberte cantado cuando debí hacerlo... lamento desde lo más hondo de mi ser no haber estado a la altura de la situación.. por mi egoísmo, mi maldito egoísmo.
Me arrepiento de no seguir empujando el coche en el que te invité a subir, de haber dejado que nos ganen tantas batallas.
Quiero cambiar, tú lo sabías.. pero no siento fuerzas para ser mejor y estar en donde me conociste.
Y ahora la angustia me invade, me estoy desesperando.. no sé que hacer, quiero morir... quiero morir!
me da miedo el mañana, terriblemente siento como el día siguiente se asoma sin propósito y sin destino.
Mis planes son en vano.
Ed, no me da pena que hayas muerto, porque tú amaste estar vivo y luchaste por ello; me da pena estar muerta porque me suicidé hace mucho.
Me duele el alma, si es que algo queda de ella... me derrito en la desesperanza de mis actos, me consumo día a día.
no puedo decirte nisiquiera que te quiero porque no puedo sentir algo tan bonito, pero sí te quise mucho cuando de la fuente bebí.
Que los perturbadores observadores no me digan que me arrepienta y avance, que los estúpidos que se creen perfectos no me vengan con lecciones de moral y santidad... puedo matar a alguien.
No quiero oir voces por favor, no quiero oir voces.
¡Cállense todos!
Solo consolemonos que siempre duele algo así

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